La radiofonía en La Paz es encomiable. En la cantidad inaudita de emisoras, cada quien encontrará su propia oferta. Y la mía es variada. Celebro a diario las frecuencias de Cristal, Deseo, Erbol, Wayna Tambo, París-La Paz y Panamericana Clásica, que tengo en mis registros de acceso directo, entre las que alterno según horarios y oferta programática, sin excluir otras esporádicas.
Cristal es —para mí— una antigua aliada, porque he sido parte de ella de diferentes maneras a lo largo de sus 35 años de vida. Pero, además, es digna y coherente su firme política de informar, comentar y emitir música "sin estridencias". Sus programas de especialidad en cine o géneros específicos son referenciales, y su Revista Cultural es sin lugar a dudas el espacio más importante sobre cultura en todos los medios de comunicación, por su constancia, pluralismo y registro documental de gran valor.
Una plausible irrupción más reciente en el dial es Radio Deseo, situada abiertamente en la impugnación al poder, no sólo político, sino en sus múltiples manifestaciones. Cuán necesario es en todo contexto, también en el actual, cómo no, cuestionar lo establecido, sin complacencias, y remover las convenciones. Desde el feminismo, pero también desde las necesidades de la sociedad en general, Deseo suele constituir un interesante frente de acción política; mención especial a su magnífica oferta musical, en amplia, refinada y cuidadísima diversidad.
Si del tema político se trata, Erbol es una referencia. Tal vez no en toda su programación, pero en sus horarios centrales de mañana y tarde, uno encuentra informaciones, entrevistas comentarios y reflexiones de coyuntura, con un periodismo que apuesta por la objetividad en un territorio cruzado de fuego. Los hemos escuchado jugarse en varias coyunturas delicadas de los últimos años. No es poco.
Desde El Alto, la Wayna Tambo es voz fundamental. Radio hecha por gente común, reivindicando nuestras maneras de hablar, sin esconderlas, abordando nuestras temáticas profundas, en una visión amplia, a la par que contextualizado el país en los espejismos de la globalidad; pero también ampliando el espectro de músicas hacia formas remotas y desafiantes. La metálica, el rap, el heavy y otros tienen aquí un espacio que no es marginal.
Radio París-La Paz (filial de RFI) coloca una oferta cultural interesantísima, con programas enfocados a la actividad local tanto como a aquella acontecida en Francia y otros países europeos. Estos últimos en particular son programas de alta elaboración radiofónica, que asoman una actualidad internacional rica, a la que no accederíamos de no ser esta emisora, que es también tribuna musical a tener en cuenta.
Y si se quiere música culta europea, Panamericana Clásica es la alternativa, pese a su contradictoria franja light de casi toda la mañana. Es bueno saber que a mano está el mundo sinfónico, de cámara, operístico y hasta de la zarzuela en nuestro espectro de posibilidades auditivas.
Gracias a la radio, en La Paz se escucha mucho más diversidad musical que hace 20 años, se informa de manera más pluralista e independiente, y se reflexiona desde referentes propios. Toda una celebración, de la que —ni por asomo— participa la televisión nacional, dicho sea de paso.
Cergio Prudencio
FUENTE:Elogio de la radio http://bit.ly/jjXKT8
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